BERNI. Ramona y otras mujeres
Homenaje a Antonio Berni en el Museo de la CárcovaPresentación
Curadora: Cecilia Rabossi
Las mujeres son una constante en la obra de Antonio Berni. Antes de desarrollar la gran saga de Ramona Montiel, personaje emblemático de su narrativa junto a Juanito Laguna, la representación del mundo femenino se introduce en su producción, ya sea en los retratos, en las mujeres en lucha o trabajando, en la intimidad del ámbito cotidiano, en los espacios público /privado de los prostíbulos o señalando dramáticamente las obsesiones que genera la búsqueda de la belleza física.
En 1962, Berni presentaba a Ramona, como “…un personaje porteño, un personaje de trabajo pero a la vez tomado por el torbellino de la gran ciudad…”, un personaje ‘tironeado’ que vive distintas situaciones desde ser obrera, costurera y prostituta. Para caracterizarla, recordaba las imágenes de la letra del tango Milonguita. Pero a diferencia del tango, en Berni no hay una condena social o una postura moralista y Ramona no estaba destinada a un final fatal. Berni planteaba, incluso, la posibilidad de que sea una libre elección.
En la década del setenta, el artista se detiene en la coerción ejercida por los modelos hegemónicos de belleza femenina a través de la publicidad. En su serie la Obsesión de la belleza (1976) incorpora en el ámbito privado del hogar los aparatos de última generación anunciados desde la publicidad de los institutos de belleza. Los anuncios, presentes en las páginas de las revistas femeninas de la época, sirvieron de fuentes directas para la realización de las obras, revelando el método de trabajo empleado por Berni desde sus inicios. Las fotografías realizadas por él o tomadas de medios gráficos servían para la construcción de sus obras. Su cámara Leica se convirtió en un instrumento de registro del entorno que Berni alternaba con sus apuntes realizados a lápiz. Es así que, en 1932, realiza un amplio registro fotográfico para ilustrar un artículo en Rosario Gráfico escrito por el historiador Rodolfo Puiggrós sobre los burdeles de Rosario. Esta investigación visual encargada a Berni, debía ser realizada clandestinamente y por ese motivo debía disimular la presencia de su cámara, muchas veces ocultándola por debajo de la mesa o camuflándola sobre ella, lo que lo llevó a la concreción de fotografías con encuadres, puntos de vistas y fuera de foco que le otorgan un carácter que lo alejan de lo meramente documental. Este material fotográfico, sin duda, constituye un antecedente en el desarrollo del mundo Ramona Montiel y sirvieron, en año 1980, como disparador concreto para la realización de una serie de dibujos sobre el tema.
Antonio Berni concebía el arte como testimonio y como acción, estableciendo como objetivo principal el contar ‘cosas’, señalar “…lo invisible que está contenido en lo visible”.
La Muestra
El Museo de la Cárcova de la Universidad Nacional de las Artes presenta la exposición homenaje “Berni. Ramona y otras mujeres” con curaduría de Cecilia Rabossi.
La exposición reúne una selección de xilocollages, una serigrafía, dibujos, fotografías y dos videos.
Los catorce xilocollages en exhibición representan a Ramona y otras mujeres en diversas situaciones.
Un video da cuenta de las ambientaciones La caverna de Ramona en la galería Rubbers (1967), El mundo anímico de Ramona en el teatro Opera (1970) y El mundo de Ramona en Expo show (1970) realizadas por el artista. Este material es acompañado por el afiche original de La caverna de Ramona.
Su serie la Obsesión de la belleza de 1976, está representada en la exposición con la pieza número 11. Dicha obra es acompañada por un video que exhibe la totalidad de la serie (12 serigrafías) con el complemento documental de los anuncios publicitarios presentes en las páginas de las revistas femeninas de la época, que le sirvieron a Berni de fuente visual para su realización. Estas citas revelan el método de trabajo empleado por el artista.
Un punto a destacar es la exhibición, por primera vez, de 18 fotografías (copias de exhibición) realizadas por Berni en la década del treinta de los burdeles de la ciudad de Rosario. Una selección de este registro fotográfico ilustró un artículo del historiador Rodolfo Puiggrós publicado en Rosario Gráfico de 1932. Además del valor documental se rescata el valor artístico de las mismas por los encuadres y puntos de vista.
Los tres dibujos presentes en la muestra tienen relación directa con las fotografías de los burdeles. Realizados en 1980 explicitan su método de trabajo.