En un contexto de crisis económica y ajuste sobre el sistema educativo en todos sus niveles, resulta imposible separar la trágica jornada que vivió la comunidad de la Escuela Nº 49 de la inacción y de la irresponsabilidad del Gobierno, que en esta ocasión se han expresado de manera contundente cuando las autoridades decidieron ignorar las reiteradas denuncias de infraestructura realizadas por la institución. Las muertes evitables no son una fatalidad, sino responsabilidad de quienes incumplen con sus deberes públicos.

La UNA se solidariza con la comunidad de la escuela, sus familiares y seres queridos, y junto a ellos y la comunidad educativa exige justicia por las vidas de Sandra y Rubén.