Material complementario
Los rostros de un maestro
Ernesto de la Cárcova fue una figura clave de la escena artística local de entresiglos. Luego de presentar su emblemático cuadro Sin pan y sin trabajo en el Segundo Salón del Ateneo en 1894, se afianzó como uno de los más importantes pintores nacionales. Pero, más que nada, de la Cárcova se dedicó a construir espacios y redes para consolidar el lugar de las artes en la sociedad. Fue profesor en la Universidad de Buenos Aires, en la Academia Nacional de Bellas Artes, y hasta en una Escuela Normal de Kindergarten. Formó comisiones de monumentos, organizó parte de los festejos del Centenario, coordinó programas de embellecimiento de la ciudad de Buenos Aires, supervisó becados e inclusive colaboró con el Hospital Argentino en París durante la Primera Guerra Mundial. Estos fueron sólo algunos de los múltiples rostros de Ernesto, cuya versátil personalidad y activo compromiso le valió el cariño y admiración de sus colegas, quienes lo consideraron un verdadero maestro.