Este 1º de mayo se conmemora en Argentina y en el mundo el Día de las y los trabajadores. La Universidad Nacional de las Artes abraza, hoy más que nunca, a quienes hacen posible el funcionamiento de esta institución, con el firme compromiso de construir una universidad más democrática, equitativa, inclusiva y de excelencia.
Hace pocos días, más de un millón de personas marcharon en nuestro país en defensa de las universidades públicas. Entre otras razones, por la falta de presupuesto y el congelamiento de los salarios docentes y nodocentes. Desde la UNA, entendiendo la capacidad del trabajo, del conocimiento, del arte y de la cultura como potencias transformadoras del mundo, reafirmamos los derechos laborales de nuestros compañerxs trabajadorxs y reclamamos por la actualización de las partidas presupuestarias, de modo que ningún trabajadorx vea comprometida su fuente laboral ni sus ingresos. El impuesto a las ganancias que el gobierno intenta aprobar implica meter nuevamente la mano en el bolsillo a las y los trabajadores y dejar que los sectores más poderosos se sigan fortaleciendo.
Miles de personas se han sumado en los últimos meses a las largas listas de desocupadxs, en un contexto donde la mayoría de los asalariados han perdido poder adquisitivo y temen por la posibilidad cierta de perder su fuente laboral.
En épocas donde la mentira se transforma fácilmente en agenda, la costumbre de hacer una cosa y decir lo contrario, llega a los títulos de las leyes que vota el poder legislativo. En la Cámara de Diputados se aprobó a horas del Día del trabajador y la trabajadora, uno de los títulos de la Ley de Bases presentada por el Ejecutivo nacional, llamado modernización laboral. A pesar de su nombre, en el mundo de lo real, constituye el mayor retroceso desde la vuelta de la democracia, en materia de derechos y garantías para las y los trabajadores. Sin ninguna lealtad por la sociedad que los había votado tan solo hace unos meses, la llamada “oposición dialoguista” le dio los votos al oficialismo para liquidar derechos conquistados por trabajadoras y trabajadores durante décadas de lucha. Ahora, habilitan a dejar a la mayoría de la población, la que se gana la vida trabajando, en una situación de debilidad y vulnerabilidad extrema. Porque es importante mencionar que, si bien el mundo del trabajo viene sufriendo un declive, y la masa que no tiene trabajo formal registrado, es decir, no tiene derechos, es cada vez mayor, el impacto de estas leyes también los afectará de lleno, por el efecto dominó que produce su implementación. Además, si se aprueba la reforma previsional, el impacto en contra de la población será aún mayor. Queda conocer qué pasará en la Cámara de Senadores. Pero por ahora está claro que quieren más trabajadores y trabajadoras pobres. Esa masa de riqueza se transfiere a otro sitio: es importante preguntarse a cuál, a quiénes.
La UNA destaca la responsabilidad y compromiso de sus trabajadorxs, su labor cotidiana y sistemática, así como el aporte que significan para esta institución y, en nombre de éstos y de todxs los trabajadorxs argentinos, y no dejará de reclamar a las autoridades del gobierno nacional, políticas que contribuyan a la generación de empleo genuino, que permita el desarrollo real, y la protección de los sectores más vulnerables de la sociedad.
Este 1º de mayo, llamamos a la reflexión, a la defensa del trabajo y de todos los derechos conquistados, motor de la producción y la identidad nacional. Con el compromiso de siempre, mantenemos las convicciones intactas con la seguridad de seguir creciendo, sosteniendo la cultura, formando más y mejores estudiantes y potenciando la labor de docentes, artistas, investigadores, y trabajadorxs nodocentes. Queremos seguir formando profesionales que sean capaces de vivir dignamente de su trabajo, que no les hagan creer que el único camino es Ezeiza y que tomen la bandera de construir un país que incluya a toda la sociedad.
Miles de personas se han sumado en los últimos meses a las largas listas de desocupadxs, en un contexto donde la mayoría de los asalariados han perdido poder adquisitivo y temen por la posibilidad cierta de perder su fuente laboral.
En épocas donde la mentira se transforma fácilmente en agenda, la costumbre de hacer una cosa y decir lo contrario, llega a los títulos de las leyes que vota el poder legislativo. En la Cámara de Diputados se aprobó a horas del Día del trabajador y la trabajadora, uno de los títulos de la Ley de Bases presentada por el Ejecutivo nacional, llamado modernización laboral. A pesar de su nombre, en el mundo de lo real, constituye el mayor retroceso desde la vuelta de la democracia, en materia de derechos y garantías para las y los trabajadores. Sin ninguna lealtad por la sociedad que los había votado tan solo hace unos meses, la llamada “oposición dialoguista” le dio los votos al oficialismo para liquidar derechos conquistados por trabajadoras y trabajadores durante décadas de lucha. Ahora, habilitan a dejar a la mayoría de la población, la que se gana la vida trabajando, en una situación de debilidad y vulnerabilidad extrema. Porque es importante mencionar que, si bien el mundo del trabajo viene sufriendo un declive, y la masa que no tiene trabajo formal registrado, es decir, no tiene derechos, es cada vez mayor, el impacto de estas leyes también los afectará de lleno, por el efecto dominó que produce su implementación. Además, si se aprueba la reforma previsional, el impacto en contra de la población será aún mayor. Queda conocer qué pasará en la Cámara de Senadores. Pero por ahora está claro que quieren más trabajadores y trabajadoras pobres. Esa masa de riqueza se transfiere a otro sitio: es importante preguntarse a cuál, a quiénes.
La UNA destaca la responsabilidad y compromiso de sus trabajadorxs, su labor cotidiana y sistemática, así como el aporte que significan para esta institución y, en nombre de éstos y de todxs los trabajadorxs argentinos, y no dejará de reclamar a las autoridades del gobierno nacional, políticas que contribuyan a la generación de empleo genuino, que permita el desarrollo real, y la protección de los sectores más vulnerables de la sociedad.
Este 1º de mayo, llamamos a la reflexión, a la defensa del trabajo y de todos los derechos conquistados, motor de la producción y la identidad nacional. Con el compromiso de siempre, mantenemos las convicciones intactas con la seguridad de seguir creciendo, sosteniendo la cultura, formando más y mejores estudiantes y potenciando la labor de docentes, artistas, investigadores, y trabajadorxs nodocentes. Queremos seguir formando profesionales que sean capaces de vivir dignamente de su trabajo, que no les hagan creer que el único camino es Ezeiza y que tomen la bandera de construir un país que incluya a toda la sociedad.