Aquí el texto de presentación incluido en la edición:

Argentina, mujer, humilde por nacimiento pero, por elección, actriz, compañera de Perón y primera dama. Evita se construyó entendiendo la política también desde el arte. Su pasado como artista la ayudó a pensar intuitivamente y consiguió lo que pocos pueden, crear una comunicación directa y poderosa con el pueblo.

Los nombres de esas mujeres distintas que fue -Eva María Duarte, María Eva Duarte de Perón, Eva Perón, Evita- tienen una imagen, todas y cada una de ellas interpelan y se resisten a una injusticia. Su profundo compromiso con los más necesitados dejó cauces profundos en la memoria de nuestro pueblo. Su vida, su acción y pensamiento fueron esenciales para llevar adelante un período de grandes transformaciones que permitió coordinar diferentes fuerzas e incluir en la estructura social y de poder a las mujeres, trabajadores y humildes. Hoy, en el centenario de su nacimiento, su figura sigue inspirando a las nuevas luchas por la igualdad y la inclusión. Evita sigue siendo ese motor incontenible que multiplica y provoca nuevas acciones.

Sujeto histórico que se renueva en cada persona, en cada imagen y representación que se reflejan en los ojos de su pueblo. Miradas que atesoran su recuerdo como la herencia más valiosa, erigiendo una figura icónica marcada por la devoción popular, el amor y la fascinación. Un despliegue de múltiples imágenes, todas con la vigencia de sus valores, de su lucha e infatigable trabajo para encender nuestra labor cotidiana, cuerpo a cuerpo, en pos de construir un presente y un futuro mejor para todes, todas y todos.

Cien años de nacimiento se festejan como cien años de vida, porque Evita y su pueblo viven en los actos de amor conjuntos.

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