Este 15 de julio, se cumplen 10 años de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario. Esta Ley marcó el inicio de la ampliación de derechos para la población LGTBIQ+ al permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano en reconocer ese derecho.
Luego de una sesión histórica del Senado de la Nación, la norma fue sancionada con 33 votos a favor y 27 en contra. La aprobación de la Ley representó la lucha de más de 30 años del movimiento LGTBIQ+; una construcción social, plural y transversal en la que participaron sectores de la cultura, de la academia, de la sociedad civil y la voluntad política que dio lugar al debate.
El Matrimonio Igualitario permitió, además, visibilizar las distintas configuraciones de familias que existían. Hasta la sanción de la Ley, hijos, hijas e hijes de familias diversas no contaban con el reconocimiento ni los derechos de ser familia. Estas eran una realidad y la Ley les dio reconocimiento y legitimidad.
De esta manera, la Ley no sólo implicó el reconocimiento de las parejas LGTBQI+ y de las familias diversas en el campo legal; a su vez, significó un gran paso en las instituciones educativas respecto del cuidado, imaginación y representación de otras posibilidades de existencia, alejadas de los binarismos que coartan las multiplicidad de las singularidades.
Como señaló en su momento la entonces presidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, al promulgar la Ley N° 26.618 el 21 de julio de 2010 en la Casa Rosada, nuestro país a partir de ese momento iniciaría un camino hacia una sociedad más igualitaria, y los y las argentinas no íbamos a perder ningún derecho, por el contrario, miles de ciudadanos, ciudadanas y ciudadanes estaban a punto de alcanzarlos.
El Matrimonio Igualitario permitió, además, visibilizar las distintas configuraciones de familias que existían. Hasta la sanción de la Ley, hijos, hijas e hijes de familias diversas no contaban con el reconocimiento ni los derechos de ser familia. Estas eran una realidad y la Ley les dio reconocimiento y legitimidad.
De esta manera, la Ley no sólo implicó el reconocimiento de las parejas LGTBQI+ y de las familias diversas en el campo legal; a su vez, significó un gran paso en las instituciones educativas respecto del cuidado, imaginación y representación de otras posibilidades de existencia, alejadas de los binarismos que coartan las multiplicidad de las singularidades.
Como señaló en su momento la entonces presidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, al promulgar la Ley N° 26.618 el 21 de julio de 2010 en la Casa Rosada, nuestro país a partir de ese momento iniciaría un camino hacia una sociedad más igualitaria, y los y las argentinas no íbamos a perder ningún derecho, por el contrario, miles de ciudadanos, ciudadanas y ciudadanes estaban a punto de alcanzarlos.