La Corte Suprema aplicó el principio de la ley penal más benigna en el caso de Luis Muiña, un represor que integró un grupo paramilitar que secuestró y torturó a trabajadores del Hospital Posadas en 1976. De acuerdo a dicho principio, una persona que comete un delito, le corresponde la aplicación de la ley vigente en ese momento, a menos que la ley posterior fuese más benigna. Resulta un atropello a la histórica lucha por la memoria, la verdad y la justicia, pensar que dicho principio puede ser aplicado en casos de lesa humanidad.

Tal como declaró hoy la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, la resolución del máximo tribunal “deja abierta la posibilidad de que los represores condenados por delitos de lesa humanidad queden en libertad”.

Ante la lamentable decisión de la Corte Suprema de equiparar al terrorismo de Estado con los delitos comunes, la UNA reafirma una vez más su compromiso con los organismos de derechos humanos en su lucha contra la violencia represiva de la dictadura cívico-militar.