El miércoles 5 de noviembre finalizó el ciclo de encuentros del proyecto “Arte, Cultura y Género”, realizado con mujeres del barrio Rodrigo Bueno en el Museo de la Cárcova. Dicha iniciativa articuló un ciclo de formación en temáticas relativas al género y derechos de las mujeres con el dictado de talleres de cerámica y actuación a cargo de docentes de la UNA.
Durante la jornada estuvieron presentes Diana Piazza, vicerrectora de la Universidad, la secretaria de Extensión Cultural, Cecilia Tosoratti, y la representante del Centro Barrial Vientos de Cambio, Elizabeth Sanguina. Luego de intercambiar distintas reflexiones entre las autoridades, mujeres del barrio, estudiantes y docentes que participaron de la iniciativa, se realizó la entrega de diplomas a las asistentes, quienes pudieron además llevarse las piezas confexionadas en el marco de los talleres.
Desde la Secretaría de Extensión gestamos y llevamos adelante este proyecto, en conjunto con referentas y militantes del barrio. Creemos que el camino recorrido auspicia la generación de nuevos proyectos en los que las vinculaciones impulsadas transparenten objetivos y propósitos, y permitan construir horizontes compartidos con el otro.
En ese sentido, la experiencia desarrollada se vuelve inteligible desde una concepción que entiende, por un lado, que la universidad debe ser interpelada y comprometerse con las problemáticas de los territorios, y por otro, debe redefinir sus horizontes abriendo sus puertas a sujetos que históricamente no accedían a la misma.
Por eso cerramos este año diciendo junto a nuestras compañeras “¡Las mujeres del barrio coparon la universidad. Orgullo total!” y esperamos poder dar continuidad a este proyecto en 2019.
Desde la Secretaría de Extensión gestamos y llevamos adelante este proyecto, en conjunto con referentas y militantes del barrio. Creemos que el camino recorrido auspicia la generación de nuevos proyectos en los que las vinculaciones impulsadas transparenten objetivos y propósitos, y permitan construir horizontes compartidos con el otro.
En ese sentido, la experiencia desarrollada se vuelve inteligible desde una concepción que entiende, por un lado, que la universidad debe ser interpelada y comprometerse con las problemáticas de los territorios, y por otro, debe redefinir sus horizontes abriendo sus puertas a sujetos que históricamente no accedían a la misma.
Por eso cerramos este año diciendo junto a nuestras compañeras “¡Las mujeres del barrio coparon la universidad. Orgullo total!” y esperamos poder dar continuidad a este proyecto en 2019.