En conmemoración a la fecha, la UNA alerta sobre el crecimiento de los discursos y crímenes de odio en Argentina, y reafirma su compromiso en construir una universidad más diversa e inclusiva para toda su comunidad.
El 7 de marzo forma parte de las agendas del movimiento feminista y LGBTINB+1 como el Día de la Visibilidad Lésbica. El hecho fundante fue el asesinato de “Pepa Gaitán” en 2010 por su condición de lesbiana a manos del padrastro de su novia. Aunque el responsable del hecho fue condenado a 14 años de prisión, la Justicia hizo caso omiso al pedido de la abogada Natalia Milisenda, quien alertó que la orientación sexual de Pepa fue la causa principal por la que Daniel Torres cometió el asesinato. Por este motivo, la fecha es conmemorada como un día de lucha contra el lesbo-odio, así como también de visibilización sobre las diferentes formas de violencia y discriminación vivenciadas por quienes pertenecen al colectivo lésbico.
Diversos estudios de género dan cuenta de que, a nivel social, la heterosexualidad no es considerada una orientación sexual más, sino la única forma correcta, aceptable y natural de sentir atracción por alguien. Y por lo tanto, si se elige otro camino (por ejemplo, ser lesbianas), aparecerá la exigencia de dar explicaciones a otras personas sobre esta elección, además de posibles episodios de patologización, violencia y discriminación.
A su vez, el aumento de los discursos de odio2 perjudica el desarrollo de sociedades libres de discriminación y prejuicios hacia colectivos históricamente vulnerabilizados, tales como la comunidad LGBTIQ+, mediante la generación de acciones comunicativas alejadas de los estándares promovidos por los tratados internacionales de derechos humanos. Por ejemplo, la disolución del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) cortó uno de los principales canales que tenía la población LGBTIQ+ para realizar denuncias institucionales, además de haber sido un dispositivo de sensibilización pública en la temática. E inclusive, estos discursos de odio pueden fomentar ataques concretos a la comunidad: el 29 de enero del corriente año, un vecino prendió fuego la casa de dos lesbianas que vivían en Cañuelas (Provincia de Buenos Aires), a pesar de que ellas habían presentado denuncias previas ante la Justicia y contaban con una perimetral 3.
Por otra parte, en nuestro país se registra un aumento sostenido de los crímenes de odio hacia la población LGBTIQ+, desde el año 2021 a la fecha 4. Uno de los casos más recientes a nivel nacional, que visibiliza la necesidad de promover transformaciones en los modos de comunicar y llevar adelante políticas de promoción y protección de derechos respecto a la población LGBTIQ+, es el triple lesbicidio ocurrido en Barracas (CABA), ocurrido el 5 de mayo del 2024. En la habitación de un hotel familiar, vivían hacinadas cuatro lesbianas que fueron prendidas fuego con una bomba casera mientras dormían, por parte de un hombre que las consideraba repugnantes por el solo hecho de su orientación sexual. Tres de ellas, Pamela, Roxana y Andrea, fallecieron.
El hecho de comprender estas situaciones de violencia y discriminación no como hechos aislados, sino como problemáticas de desigualdad social, resulta clave para su abordaje institucional. El Estado debe promover la protección de la comunidad LGBTIQ+, mediante líneas de formación, investigación y atención a la problemática.
Los ámbitos educativos no se encuentran exentos de este panorama. En Argentina, un 16% de las personas LGBTIQ+ han sido agredidas o discriminadas por profesorxs, directivxs o personal educativo. Además, un 20% vivió situaciones de agresión o discriminación por parte de compañeres de estudio 5. De allí la importancia de generar políticas institucionales en los ámbitos universitarios que impulsen condiciones de inclusión para sus comunidades educativas. En la UNA, existen diversos recursos formativos (tales como el Sistema de Equivalencias de Puntos “Ley Micaela” y la Guía de Lenguaje Inclusivo) así como también dispositivos gratuitos y confidenciales de escucha (Equipo de atención del Protocolo de la UNA). Estas iniciativas son llevadas adelante por la Secretaría de Igualdad, Derechos y Diversidad de la UNA.
Desde la Universidad Nacional de las Artes, y en particular desde la Secretaría de Igualdad, Derechos y Diversidad, reafirmamos nuestro compromiso en la elaboración de políticas de promoción de derechos tendientes a transformar el lazo social de nuestra comunidad desde la diversidad, el respeto y la inclusión.
1. Las siglas se refieren a: lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y personas no binarias. El signo “+” significa que esta enumeración no es cerrada, sino permeable a ser transformada en el tiempo.
2. Según Naciones Unidas, la expresión "discurso de odio" hace referencia a un discurso ofensivo dirigido a un grupo o individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza, la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social. Fuente: https://www.un.org/es/hate-speech/understanding-hate-speech/what-is-hate-speech
3. Fuente: https://www.laarena.com.ar/el-pais/lesboodio-en-canuelas-tras-el-discurso-de-milei-prendieron-fuego-la-casa-de-dos-mujeres-202513112510
4. Fuente: Informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT (2024)
5. Fuente: Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y de Género - 2023. censodiversidad.ar
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Datos de contacto
Secretaría de Igualdad, Derechos y Diversidad UNA
rectorado.igualdad@una.edu.ar
Diversos estudios de género dan cuenta de que, a nivel social, la heterosexualidad no es considerada una orientación sexual más, sino la única forma correcta, aceptable y natural de sentir atracción por alguien. Y por lo tanto, si se elige otro camino (por ejemplo, ser lesbianas), aparecerá la exigencia de dar explicaciones a otras personas sobre esta elección, además de posibles episodios de patologización, violencia y discriminación.
A su vez, el aumento de los discursos de odio2 perjudica el desarrollo de sociedades libres de discriminación y prejuicios hacia colectivos históricamente vulnerabilizados, tales como la comunidad LGBTIQ+, mediante la generación de acciones comunicativas alejadas de los estándares promovidos por los tratados internacionales de derechos humanos. Por ejemplo, la disolución del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) cortó uno de los principales canales que tenía la población LGBTIQ+ para realizar denuncias institucionales, además de haber sido un dispositivo de sensibilización pública en la temática. E inclusive, estos discursos de odio pueden fomentar ataques concretos a la comunidad: el 29 de enero del corriente año, un vecino prendió fuego la casa de dos lesbianas que vivían en Cañuelas (Provincia de Buenos Aires), a pesar de que ellas habían presentado denuncias previas ante la Justicia y contaban con una perimetral 3.
Por otra parte, en nuestro país se registra un aumento sostenido de los crímenes de odio hacia la población LGBTIQ+, desde el año 2021 a la fecha 4. Uno de los casos más recientes a nivel nacional, que visibiliza la necesidad de promover transformaciones en los modos de comunicar y llevar adelante políticas de promoción y protección de derechos respecto a la población LGBTIQ+, es el triple lesbicidio ocurrido en Barracas (CABA), ocurrido el 5 de mayo del 2024. En la habitación de un hotel familiar, vivían hacinadas cuatro lesbianas que fueron prendidas fuego con una bomba casera mientras dormían, por parte de un hombre que las consideraba repugnantes por el solo hecho de su orientación sexual. Tres de ellas, Pamela, Roxana y Andrea, fallecieron.
El hecho de comprender estas situaciones de violencia y discriminación no como hechos aislados, sino como problemáticas de desigualdad social, resulta clave para su abordaje institucional. El Estado debe promover la protección de la comunidad LGBTIQ+, mediante líneas de formación, investigación y atención a la problemática.
Los ámbitos educativos no se encuentran exentos de este panorama. En Argentina, un 16% de las personas LGBTIQ+ han sido agredidas o discriminadas por profesorxs, directivxs o personal educativo. Además, un 20% vivió situaciones de agresión o discriminación por parte de compañeres de estudio 5. De allí la importancia de generar políticas institucionales en los ámbitos universitarios que impulsen condiciones de inclusión para sus comunidades educativas. En la UNA, existen diversos recursos formativos (tales como el Sistema de Equivalencias de Puntos “Ley Micaela” y la Guía de Lenguaje Inclusivo) así como también dispositivos gratuitos y confidenciales de escucha (Equipo de atención del Protocolo de la UNA). Estas iniciativas son llevadas adelante por la Secretaría de Igualdad, Derechos y Diversidad de la UNA.
Desde la Universidad Nacional de las Artes, y en particular desde la Secretaría de Igualdad, Derechos y Diversidad, reafirmamos nuestro compromiso en la elaboración de políticas de promoción de derechos tendientes a transformar el lazo social de nuestra comunidad desde la diversidad, el respeto y la inclusión.
1. Las siglas se refieren a: lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y personas no binarias. El signo “+” significa que esta enumeración no es cerrada, sino permeable a ser transformada en el tiempo.
2. Según Naciones Unidas, la expresión "discurso de odio" hace referencia a un discurso ofensivo dirigido a un grupo o individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza, la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social. Fuente: https://www.un.org/es/hate-speech/understanding-hate-speech/what-is-hate-speech
3. Fuente: https://www.laarena.com.ar/el-pais/lesboodio-en-canuelas-tras-el-discurso-de-milei-prendieron-fuego-la-casa-de-dos-mujeres-202513112510
4. Fuente: Informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT (2024)
5. Fuente: Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y de Género - 2023. censodiversidad.ar
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Datos de contacto
Secretaría de Igualdad, Derechos y Diversidad UNA
rectorado.igualdad@una.edu.ar
