El 22 de septiembre, Sandra Torlucci junto a Néstor “Yuyo” García y Andrea Lescano, padre y madre de Micaela García, tuvieron a su cargo la capacitación para autoridades superiores del rectorado, las facultades y de las escuelas experimentales de la Universidad Nacional de Tucumán.
Torlucci, como rectora coordinadora de la RUGE/CIN formó parte de la jornada de capacitación continua llevada adelante por la UNT, la cual tiene como objetivo abordar con responsabilidad, la problemática de la violencia de género y pensar las herramientas necesarias para transformar la realidad.
Entre otras expresiones relevantes, en su exposición, Torlucci se manifestó acerca de la situación en materia de violencias que se encuentra presente dentro de las instituciones de altos estudios: “Lo que vemos en las universidades es que la mayoría de los casos se pueden prever, prevenir y tomar medidas protectivas antes que las medidas punitivas”. También aclaró que la Ley Micaela es la herramienta de transformación y colocó el centro de importancia en las acciones para cambiar estas situaciones haciendo hincapié en la sensibilización y la toma de conciencia.
Relató que en el caso de las universidades, se ve mucho más la violencia simbólica y psicológica, pero también violencia física, de acoso, de abuso sexual, aunque en menor medida.
Torlucci describió el estereotipo dominante: “el sujeto universal que conjuga situaciones de privilegio es masculino, blanco, rico, o por lo menos es un estándar de clase aceptable, claro, armonioso, alto, flaco. Todas esas derivaciones lógicas tienen oposiciones de elementos binarios, contrarios y por lo tanto se producen violencias. Esas diferencias que no tienen nada que ver, que en realidad sólo las define el amo, llámese como se llame, dios, mercado, ciencia”, y enfatizó la necesidad de que en las universidades se revisen estas situaciones que devienen en la naturalización de la violencia que se sufre en relación a cuestiones de género y diversidades.
La Ley Micaela es una ley promulgada a principios de 2019. Establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación. Lleva ese nombre en conmemoración de Micaela García, una joven entrerriana asesinada a sus 21 años, a manos del femicida Sebastián Wagner.
Entre otras expresiones relevantes, en su exposición, Torlucci se manifestó acerca de la situación en materia de violencias que se encuentra presente dentro de las instituciones de altos estudios: “Lo que vemos en las universidades es que la mayoría de los casos se pueden prever, prevenir y tomar medidas protectivas antes que las medidas punitivas”. También aclaró que la Ley Micaela es la herramienta de transformación y colocó el centro de importancia en las acciones para cambiar estas situaciones haciendo hincapié en la sensibilización y la toma de conciencia.
Relató que en el caso de las universidades, se ve mucho más la violencia simbólica y psicológica, pero también violencia física, de acoso, de abuso sexual, aunque en menor medida.
Torlucci describió el estereotipo dominante: “el sujeto universal que conjuga situaciones de privilegio es masculino, blanco, rico, o por lo menos es un estándar de clase aceptable, claro, armonioso, alto, flaco. Todas esas derivaciones lógicas tienen oposiciones de elementos binarios, contrarios y por lo tanto se producen violencias. Esas diferencias que no tienen nada que ver, que en realidad sólo las define el amo, llámese como se llame, dios, mercado, ciencia”, y enfatizó la necesidad de que en las universidades se revisen estas situaciones que devienen en la naturalización de la violencia que se sufre en relación a cuestiones de género y diversidades.
La Ley Micaela es una ley promulgada a principios de 2019. Establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación. Lleva ese nombre en conmemoración de Micaela García, una joven entrerriana asesinada a sus 21 años, a manos del femicida Sebastián Wagner.
